Doktor Pseudonimus
Decimos pensar y nos ponemos serios. No conviene distraer a las neuronas mientras trabajan. Pero resulta que en todo pensamiento creativo, lo que hacen las neuronas es divertirse. Y eso no lo saben o, al menos no nos lo dicen, los neurocientíficos. Quien nos lo dice es D. Miguel de Cervantes Saavedra. Y si lo dudan oigan lo que hace decir a D.ª Rodríguez en El Quijote: “creció mi hija y con ella todo el donaire del mundo. Canta como una calandria, baila como el pensamiento, danza como una perdida”. Y ese es el consejo: dejen que al menos de vez en cuando sus neuronas se pongan a bailar. Y si no basta el lenguaje oculto del alma añádanle alguna música.
En todas partes se cocieron habas
El secesionismo catalán gusta contraponer una Cataluña culta a una España carpetovetónica e incivil. Pero resulta que fue en la extinta universidad de Cervera donde se proclamó solemnemente el derecho a la ignorancia. En 1827 Fernando VII, el rey Felón, visita la universidad. Su rector es el clérigo Ramón Dou quien, además es diputado de Cataluña en las Cortes de Cádiz. Y es en esa visita en la que el rector pronuncia la frase que se hizo famosa: “lejos de nosotros la funesta manía de pensar”. Ahora algunos críticos han intentado reivindicar la figura de ese rector. Porque, al parecer, lo que Ramón Dou condenó textualmente fue “el deseo de discurrir con novedad que es la manía de nuestro tiempo”. Una reivindicación en la que el remedio es casi peor que la enfermedad.
Los nuestros
Sucedió hace ya muchos años. En el Vilas, mítico restaurante de Santiago de Compostela. Ya estábamos en los postres. Desde una mesa próxima se acercó Pío Cabanillas. El problema consiste, nos dijo, “en que yo ya no sé si soy de los nuestros. Y en que tampoco sé si seguimos teniendo ganas de mandar”. Pero lo que sí le apetecía era seguir siendo consejero áulico de quienes mandasen, fuesen quienes fuesen. Decimos Pío y no podemos dejar de recordar una historia que se contaba sobre Talleyrand. Unos disturbios incendian París. Se combate calle a calle, casa a casa. Alguien consulta a Talleyrand quien solo dice: vamos ganando. Y cuando le preguntan quienes son los que van ganando Talleyrand contesta: os lo diré mañana.
Y traigo esta historieta aquí movido por una impresión: cada vez hay más gente que no sabe bien quienes son “los suyos”.
Lo que nos pasa
Lo más grave de lo que nos pasa es no entender eso que nos pasa. Y por si les valiese para algo ahí les va una opinión de Orwell: las personas no solo quieren confort y sentido común. De modo intermitente también quieren luchas, tambores, banderas y desfiles de lealtad.
Cuspidiño
D. Emilio Castelar dejó dicho que las coaliciones son siempre muy pujantes para derribar. Pero siempre impotentes para crear.
N. B.: en gallego cuspidiño es el diminutivo de cuspido: muy parecido, semejante, idéntico. Y da la impresión que la coalición de Pedro y Pablo parece dispuesta a cumplir de modo bien cuspidiño la sentencia de Castelar.
Pin parental
En mayo de 1902 Alfonso XIII cumple 16 años. Es coronado rey. Casi lo primero que hace es convocar a las universidades en el Palacio de Bibliotecas y Museos. Unamuno es rector de Salamanca y previene al rey que no se abra a la enseñanza privada “porque desgraciadamente no son siempre los padres los que mejor saben lo que a sus hijos conviene aprender. Y menos lo que de ellos necesita la Patria y de ellos tiene derecho a esperar”.
Las cosas y Dios
En las cosas no encontramos a Dios, pero en ellas nos encontramos remitidos a El. Está en Zubiri. Y no sabemos mucho más. Y podríamos preguntarnos ¿Por qué se nos ha vuelto más infrecuente y menos apetecible esa “remisión”? Algo puede relacionarse con lo que se lee en Escolios para un texto implícito: pretender saber más de lo que realmente se sabe es lo que con frecuencia hace difícil de soportar el discurso religioso.
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Descargar pdf, La Voz de Galicia «Breverías: Bailar con el pensamiento»