Manuel Sánchez Salorio
Catedrático de Oftalmología en la Facultad de Medicina de la USC
Trayectoria
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidade de Compostela, premio extraordinario de licenciatura, nacional fin de carrera y extraordinario del doctorado, Catedrático numerario de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidade de Santiago de Compostela. Director de la escuela profesional de oftalmología, vicedecano de la Facultade de Medicina y vicerrector de la USC.
Ha desempeñado los siguientes cargos: jefe de servicio de Oftalmología del complejo hospitalario universitario de Santiago, director ejecutivo del Instituto Galego de Oftalmoloxía y director del Centro Oftalmológico Sánchez Salorio.
Presidió la Sociedad Oftalmológica de Galicia y la Comisión Nacional de Oftalmología. Miembro del consejo nacional de especialidades médicas y de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia. Vicepresidente y presidente de la Sociedad Española de Oftalmología y representante de España en la E.U.P.O. y en el E.B.O.
Fue responsale de la docencia de Oftalmología en Medicina y de programas de Doctorado y de la formación de 182 especialistas en Oftalmología. Fundador y director del Seminario de Oftalmología y de la Revista Studium Ophthalmologicum.
Autor o coautor de más de 320 trabajos en publicaciones científicas nacionales o extranjeras, dirigió o codirigió 58 tesis doctorales; participó en 18 proyectos de investigación financiados y coordinó la Red Temática de Investigación Cooperativa en Oftalmología, Instituto de Salud Carlos III.
Posee multitud de galardones como premio de la Sociedad Española de Oftalmología al mejor trabajo científico; Socio de Honor de la Sociedad Oftalmológica de Galicia; Medalla de oro del Instituto Barraquer; Medalla Castelao y Medalla de Oro al Mérito Sanitario de la Xunta de Galicia; Premio El Mejor Médico del Año; Doctor Honoris Causa por la Universidad de Coimbra (Portugal); Premio Daza Valdés, Incivi-Universidad Autónoma de Madrid; Medalla de Oro y Brillantes del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña, Medallas de la Ciudad de Santiago de Compostela y de Oro de Galicia.
Esta tarde, a las 19:30 h. en la Sala Afundación de Santiago, el cercano presenta el libro La Lección del Sábado. Miradas y palabras para intentar mantenerse a la vez tranquilos y excitados del doctor Sánchez Salorio.
Sabe que después de tantas décadas en primera línea de la medicina en Galicia es uno de los profesionales más valorados y queridos de Galicia, ¿cómo se siente?
Hasta hace relativamente poco tiempo cuando alguien me preguntaba ¿cómo estás? solía contestarle: de pie, sin diagnosticar y sin tomar pastillas. Ahora si digo que no tomo pastillas es porque me he olvidado de tomarlas. Me siento bien. Mejor de lo que podría esperarse viendo mi partida de nacimiento y peor de lo que a mí me gustaría.
¿A qué achaca ese sentirse bien?
Probablemente a sentirme querido y a notar que aún hay cosas en las que sigo siendo útil. En mayo del 68 había un grafiti que decía: «Vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos». Suena a cínico. Yo lo apliqué en la universidad: vive de tus maestros hasta que puedas vivir de tus discípulos. Sin haberla programado, la jugada funcionó: sigo vivo como oftalmólogo gracias a los colegas y amigos que trabajan en el Instituto Galego de Oftalmoloxía (INGO).
Ha tenido el privilegio de formar a decenas y decenas de catedráticos, jefes de servicio y científicos de alto nivel relacionados con la oftalmología, ¿podría citarnos algunos ejemplos de especial relevancia?
El hecho de que a principios de los años setenta pasásemos de ser importadores a ser exportadores de catedráticos es un fenómeno que aún hoy no he entendido bien. Fui un producto de lo que Giambattista Bietti, un gran gurú en la oftalmología mundial, denominó ‘The baby school of Santiago de Compostela’. Ocho catedráticos, entre ellos, el de Madrid y el de Barcelona cuando solo había un catedrático por universidad y para el que piense en un caso de nepotismo le advertiré que solo en un caso yo formé parte del Tribunal.
¿Machismo o feminismo?
Visto con la óptica de hoy, machismo descarado. Pero de la Escuela de Santiago salió la primera catedrático de oftalmología que hubo en España. Y en los grandes hospitales de Galicia fueron mujeres las jefas de servicio: en Ourense, Lugo, Ferrol y por dos veces en A Coruña.
¿Cómo valora usted este hecho?
Pues creo que es para estar contento. A Jesucristo, siendo hijo de Dios, de doce discípulos le salió rana; a mí, ninguno.
Su proyección internacional desborda. ¿De qué se siente más satisfecho?
Desde el punto de vista institucional los dos actos en los que mi ego se sintió más gratificado fueron la ceremonia de investidura como Doctor Honoris Causa en Coimbra y el día en el que en el Gaiás el presidente de la Xunta me impuso la Medalla de Galicia. Como profesional, percibir el afecto de familias en las que, me recuerdan, yo atendí a abuelos, padres y nietos,…
Sin duda, me siento muy satisfecho de haber contribuido a que ningún paciente con una enfermedad oftalmológica tenga que desplazarse fuera de Galicia para ser tratado correctamente.
Como médico humanista ha escrito miles de artículos no solo relacionados con su especialidad sino abordando temas filosóficos, sociales, políticos,…. Según su opinión, ¿cuáles fueron los grandes hitos de la oftalmología desde que atendió al primer paciente hasta nuestros días?
La llegada de la penicilina supuso un tratamiento espectacular de la queratoconjuntivitis blenorrágica que causaba la ceguera de muchos niños recién nacidos en ciertos ambientes. El láser permitió tratar muchas enfermedades de la retina especialmente la retinopatía diabética.
El actual refinamiento quirúrgico ha convertido la cirugía de la catarata en una especie de rito de pasaje general. Con el envejecimiento de la población todos pasamos hoy ese trance con la naturalidad con que vamos a la universidad o nos casamos.
¿Cree que será posible que algunos tipos de ceguera, hoy incurables, permitan devolver la vista a los afectados?
Pienso que sí. Además de curar enfermedades que causan ceguera, llegará un momento que podrán transmitirse imágenes directamente a las áreas visuales del cerebro.
Seguro que en tantos años ejerciendo su profesión acumula un riquísimo catálogo de anécdotas. ¿Puede citarnos alguna?
Valga una como ejemplo. Yo siempre operé con anestesia local y hablando con los pacientes. En la cirugía del desprendimiento de la retina se producía una quemadura de la esclerótica del ojo mediante un termocauterio. Recuerdo un caso en el que por la extensión de la zona a cauterizar el enfermo notó el olor que se desprendía y me dijo: doctor ¿no se le estará pasando el churrasco?
¿A qué nivel se encuentra la Oftalmología en Galicia comparándola con el resto de España?
No hay una patología ocular específica de Galicia.
¿Cuál ha sido el consejo que más influyó en su vida y de quién lo recibió?
Lo importante no fue un consejo, sino un ejemplo. El que para mí y para gran parte de mi generación representó la llegada de Ramón Domínguez como catedrático de fisiología.
Carmen Escariz
Santiago
Descargar pdf, El Correo Gallego «Vive de tus maestros hasta que puedas vivir de tus discípulos»